zombie mall

lunes, 11 de enero de 2010

La navidad, para bien o para mal, ha terminado. Todos hemos disfrutado estas fiestas rodeados de nuestros seres queridos, nos hemos hartado a comer y beber y nos han hecho muchos regalos. Los más pequeños disfrutan de sus súper héroes, consolas y cacharros que mas tarde despreciaran, los mas mayores se conforman con una corbatita un teléfono móvil o un televisor de plasma full HD y las parejas se hacen regalos estratosféricos pensando que el dinero invertido es directamente proporcional a el amor que recibirás. No contentos con eso, los grandes almacenes crearon un nuevo periodo post-navidad llamado rebajas. Este método consiste en poner a precios aparentemente baratos todo aquel género sobrante de la anterior festividad para que los buenos y agradables ciudadanos no pierdan su deseosa dinámica de gasto. Después de que los padres y madres de familia acudieran en rebaño disfrazados como Arnold Schwarzenegger en un padre en apuros a los centros comerciales en busca del regalo agotado, le toca el turno a todas aquellas personas que buscan ese “santo grial” del mercado.

8:00 A.M.

Los primeros zombies comienzan a agolparse en las puertas del centro comercial. Parece que han percibido el olor de la oferta y sus bocas han comenzado a salivar. De momento se muestran tranquilos, no hacen mas que dar vueltas alrededor de la puerta tratando de hacer la espera lo más corta y menos aburrida posible. Los que gozan de habla se juntan en ocasiones para contar historias de cómo han salido victoriosos en otras cacerías y de cómo consumieron hasta el último halo de vida de sus victimas. La espera es larga pero todo es poco si se consigue un bocado.

9:00 A.M.

Cada vez son más los no muertos que se han percatado de que existe presa viva y las medidas de seguridad se van extremando. Esos vínculos afectivos que habían desarrollado los parlantes se han tornado en violencia y caos. Nadie quiere ser el ultimo en entrar. Los codos comienzan ha clavarse en torsos ajenos y la marea de gente se dirige a las puertas principales del lugar. Hemos estudiado diversos tipos de espécimen: encontramos zombies que han llegado tarde, pero han desarrollado una inteligencia capaz de llegar al primer lugar si es necesario, otros en cambio lo único que pueden hacer es emitir gemidos al aire en busca de una respuesta que nunca llegara mientras araña espasmódicamente las rejas del recinto.

10:00 A.M.

Las puertas se han abierto, no hay vuelta atrás, el cordón de seguridad se ha roto y los agentes dedicados huyen para no caer presa de tan hambrienta manada. El volumen de gules es tal que no puede pasar un rayo de sol entre ellos. Unos corren, otros caen, los menos inteligentes simplemente caminan pero al unísono y en una sola dirección. Una vez dentro, el ansia residente en su interior se desata y comienzan a devorar todo lo que se encuentran a su paso. Sus estómagos están llenos de producto pero, al igual que el perro, estos bípedos comerán y seguirán consumiendo todo aquello que lleve una etiqueta de -50%, algo que seguramente se pondrán 2 veces y colocarán en el fondo más oscuro de su armario hasta que se les quede pequeño y tengan que tirarlo. Uno de los puntos de inflexión más grandes a tener en cuenta es en el momento que dos zombies tratan de cazar la misma presa. Desconocíamos brotes de violencia entre estos seres pero cuando un no muerto necesita comer, destruirá todo aquello que encuentre a su paso a base de tirones de pelo, empujones, improperios y todo aquello dedicado a ofender a su prójimo.


Ahora párate a pensar un segundo en cuantas veces oyes la frase: “estoy en crisis” o “es que con esto de la crisis…”

1 comentarios:

guille dijo...

porfin tienes blog... jejejeje bienveido a esto de dejar tus ideas y quedarte mas agusto q abundio.....nos vemos por aki...
Guille

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